Tan solo seremos libres, cuando no tengamos nada más que perder.

24 abril 2012

La chica insomnio de tus noches

El despertador sonó demasiado temprano para su madrugada de insomnio, para una noche tan larga como traicionera, fría como ella misma y hueca por todas las partes, Pero necesitaba despertarse antes que saliera el sol, la oscuridad siempre le pareció vencible, y el sol incansable como para luchar contra él a las primeras horas de aquellos días. Vivía a base de cafeína, gafas de sol y pelo recogido. Vivía a base de sonrisas robadas y suspiros para poder llegar al final del día. Era demasiado tarde o demasiado temprano según como se mirase para salir a aquellas vacías calles que secuestraban a los gatos maullar, y las farolas rebotar sobre el asfalto, pero le tranquilizaba, después de tanta cafeína necesitaba aquel largo paseo por las calladas avenidas de aquella ciudad que aveces parecía que no moría, hasta que llegaba ella con sus pasos fuertes y cansados. Aquellos mismos pasos que se convertían en pensamientos pesados, en promesas que se quedaban atrapadas en esas noche sin final. Porque todas las noches se prometía cambiar de vida, hasta que llegaba el sol, ella no podía escapar y ya no quedaba más, ya no quedaba más fuerzas para soportar aquel calor mortal.

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