Tan solo seremos libres, cuando no tengamos nada más que perder.

31 mayo 2014

Detrás del paréntesis II

Verano2013.

La vi olvidándome en imperativo,
sacudiéndome los rastros de huellas aún pegadas al cuerpo.
Con dos pasos hacía atrás y la mirada pegada al suelo
por si acaso algo de ella, echaba a volar.
La sentí valiente, distante y cínica,
diciendo cosas que nunca habría pensado, ni realizado.
Corriendo a otras puertas vacías pero llenas de luz.
Me quiso ráfaga de aire que alimentaba su habitación de frío en pleno verano, 
caldeando lo que no llegó ni en pleno Agosto.
Odiando el verano, el sudor, la desidia,
y el puñal que aún tenia dentro revolviendo las tripas de argumentos.
La noté feliz, lejos de aquí, en otro lugar, en otro momento, en otro espacio,
en otro tiempo, en otro recuerdo, en otra sonrisa, en otro pestañeo, en otro salto. 
Donde nadie la podía mirar, pero todos deseaban observarla. 
Dónde después del antes, había recorrido su vida a pasos de cianuro y morfina.


30 mayo 2014

Detrás del paréntesis.

Recuerda cerrar fuerte los ojos y mantener la sal en la garganta. 
Tosía, escupía, vomitaba, porque se veía capaz de formar tangible el sentir.
Respirar flojo para que nadie se quede sin oxigeno en los ojos de la mentira,
cristales roto y luego un limpio camino de escarcha que hacia resbalar los huesos y las dudas.
Desemboca en mar, piedra, sal que traga, para dejarla en la garganta.
Abre los ojos, te estas abrasando las palabras, deja caer en la mentira la verdad. 
La lluvia sana.

20 mayo 2014

Temporadas en Marzo

Le comió la vida a sorbos, esquivando el veneno que provenía de sus propios dientes. La tentación provenía de la sangre que hervía fresca fuera de sus orificios. 
Hoy no había tardado tanto en respirar, sólo el salto de altura lleno de aire. 
Ella no paraba de hablar de sus olvidos en una voz tenue que hacía dormir a cualquiera. No sabía gritar, si no era de placer, pero acababa muda en el habla animal.

Llegar a la habitación adecuada era lo mismo que abrir las piernas a la lengua que no calla. Los movimientos eran torpes incluso en ataque. 
Recordaba una oscuridad que provenía debajo de las sabanas y un aire que conservaba el fin que había terminado, pero seguía residiendo en ella. 



Seguirá en aquella habitación donde sonreír con la mayor fuerza del mundo le pareció una milésima. Donde debajo del vapor nadie sabía nada, menos sus pieles que aumentaban de luz.