Se le había quedado encallado el frio de esa misma noche en su cuerpo, y a cada escalofrío recorría su ser como látigo que ataca sin ser escuchado. Y creo que esa misma noche se convirtió en piedra, en roca, en hielo que nunca puede ser derretido. En ese mismo instante todo lo que fue, pareció pura fantasía y pura mentira de aquel país que preferimos no hablar, por eso todo se rompió sin necesidad de volverlo a unir, lo único que hizo es irse de aquel lugar y dejar aquellos trozos ayí. Su mente estaba bloqueada en pausa y por un momento echo marcha atrás, y es que ya no tenía miedo que todo eso más todos ellos, se convirtieran en el recuerdo de un recuerdo, o ni siquiera eso, que no tenía miedo que un día cualquiera, quisiera recordar y le costara mucho tenerlo presente. Y es que no tenía miedo a eso, ni a nada. Ya no. Lo único que pasará es una sonrisa o un leve mal recuerdo cada vez que vea una imagen, un olor o una simple canción de todo aquello, de todos ellos.
Ya no, ahora no. Nunca si.