Tan solo seremos libres, cuando no tengamos nada más que perder.

11 agosto 2012

Pasado frente presente

El podría hacer cualquier cosa menos asimilarla,
podría empezar a absorber aquel paquete de nicotina, por no hacerle caso a la cama que estaba bajo de ella, y a sus pupilas brillantes que se dilataban cada vez más y se convertía en un negro demasiado intenso que ni el humo de esa habitación podía esconder.
Por la noche se convertía más aislada, más de cerámica, más tentación intocable.
Lo dificil de verdad era soportar sus carcajadas a media noche, intentando jugar con su cuerpo, intentado atraer el desecho humano que el se convertia cada vez que se dejaba bailar, esa carcajada que a cualquiera de hielo deretia y hacia sus piernas temblar.
Las mañanas eran más fáciles ella se levantaba de esa cama que parecía imán para ella y se iba directa a la cocina, haciendo que él pudiera respirar aire limpio y puro a las 6 de la mañana y le hacia soportar toda esa tensión para no huir del todo, para no sentirse que le han podido.
Cuando el sol atentaba sobre ella se bajaban todas las fantasías al trastero y todo parecía más real y menos inhumana que podría absorverte hasta el ser.

El no podría asimilar que dejó de ser piedra, para convertirse en eso moldeable y que además le gustaba esa sensación de iman que ella le podía dar todos los días.
El no podría asimilarla, no podría dejar de ser el pasado, después de tanto tiempo luchando, no podría ni intentarlo.
No podría enfrentar el pasado con su presente.