Tan solo seremos libres, cuando no tengamos nada más que perder.

11 diciembre 2011

Conductos nerviosos

Subo hasta el rascacielos y antes de llegar arriba me dejo caer, empiezo a reírme de lo irónico que puede llegar a ser esto y que si algún día podré subir hasta arriba, me rió sonrió verdaderamente con la frecuencia más alta que puede llegar existir, el viento que mueve mi pelo me hace cosquillas. Llego al suelo duro y frió, como siempre y empiezo a andar alerta rápidamente como siempre. Disimulando la bomba a presión que tengo dentro, de la felicidad que recorre por mi conducto nervioso. Escondo mis ganas de gritar, sabiendo que derroté a lo antiguo, anunciando paz, sabiendo que nunca veremos Troya arder, vuelvo a sonreír,  pero se que todo eso no es suficiente, aún no, se que mi mente no puede atravesar la tuya y perdonarte a ti mismo, porque ese es el peso que queda en el filo de esta salvación, donde la nueva era, grita tan fuerte que es imposible que no lo escuches. Lo siento pero yo ya no me quiero esconder detrás de unos recuerdos sin cimientos, cuando la bomba estalle y empiece a gritar empezará a derrumbase y entonces es cuando tu de verdad, temblaras de miedo. Yo siempre lo soporte, ahora lo acorrale y no tiene escapatoria.




Gritar es poco, estoy estallando de sentimientos continuamente, y tu ya no tienes valor para parar a estos pies fríos.