Tan solo seremos libres, cuando no tengamos nada más que perder.

18 junio 2014

Detrás del paréntesis VI

Pared blanca.

Lloraba sonrisas que se rompía detrás de los cristales de sus gafas.
se atrevieron a deshacer el saco acuchilladizos de bienvenida.
Aún había un grito que decía una esperanza una fé.
La senda de los inmigrantes de cuerpos
que acaban en el corazón de cualquiera que sepa pararse 
y mirar en las pupilas de aquellos que tiemblan porque no han encontrado cobijo para quedarse refugiado cuando algo desencaja en cada paso.
Todo se distancia, se añade kilómetros y acaba por empezar. 
Alguien se promete no olvidar,
mientras todos los demás se atreven a no volver a los inicios. 
Corren hacia atrás atrapando las noches que aún deberían de ser vida
y no esperas de muerte. 

Si habla de perdida no es por todos ellos, es por ella en cada uno de esos cuerpos. 

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