Tan solo seremos libres, cuando no tengamos nada más que perder.

24 abril 2012

La chica insomnio de tus noches

El despertador sonó demasiado temprano para su madrugada de insomnio, para una noche tan larga como traicionera, fría como ella misma y hueca por todas las partes, Pero necesitaba despertarse antes que saliera el sol, la oscuridad siempre le pareció vencible, y el sol incansable como para luchar contra él a las primeras horas de aquellos días. Vivía a base de cafeína, gafas de sol y pelo recogido. Vivía a base de sonrisas robadas y suspiros para poder llegar al final del día. Era demasiado tarde o demasiado temprano según como se mirase para salir a aquellas vacías calles que secuestraban a los gatos maullar, y las farolas rebotar sobre el asfalto, pero le tranquilizaba, después de tanta cafeína necesitaba aquel largo paseo por las calladas avenidas de aquella ciudad que aveces parecía que no moría, hasta que llegaba ella con sus pasos fuertes y cansados. Aquellos mismos pasos que se convertían en pensamientos pesados, en promesas que se quedaban atrapadas en esas noche sin final. Porque todas las noches se prometía cambiar de vida, hasta que llegaba el sol, ella no podía escapar y ya no quedaba más, ya no quedaba más fuerzas para soportar aquel calor mortal.

19 abril 2012

La chica insomnio de tus mañanas

Invades toda una historia de circunstancias tan transversales como impotentes,
aquella pastilla no nos valió para nada, ni el vaso de agua que estaba vació reboto sobre el suelo, aunque necesitáramos un sonido tan fuerte como ese.
Aquel día era demasiado opaco para poder describirlo, era demasiado desaturado para verlo,apenas recuerdo la luz, hasta que apareciste entre tanta niebla que asustaba, y ahí fue el gran ruido que me separo de la otra historia, que la arranco suavemente de mi alma, eras brisa que recorría mi cabello por eso sonabas tan cerca de mi, tan cerca del suelo, tan cerca del poder ser, y tan lejos de aquella negación que en ese momento me envolvía .
Cuando empecé a sentirme cómoda, tanto que el pánico saltó, apenas duré 10 segundos en sentirme incomoda y recorrerte para buscar el punto débil que te hiciera estallar y empujarme hacia la primera ventana de aquella habitación que sostenía los días que nos ataban, pero aunque los gritos llegases a todos aquellos puntos tu seguías ahí tan intacto que fue la rabia la que se lanzó ella misma por aquella ventana, y aquella inseguridad que me manejaba saltó en mil pedazos, por cada alarido, cada respiración mal efectuada.


Necesito su fallo, para creer que es humano, para saber que aún así, estaré a su lado. A sus movimientos de hipertensión.

11 abril 2012

El punto de la intersección.

La presión se acercaba demasiado a mi corazón y aquellas palabras que escupiste sobre el papel a mi ya no me sirvieron de nada, siempre había preferido el silencio, y últimamente mucho más. 
Pero las interferencias entre tú y yo siempre estuvieron y nunca nos entendimos a la par.
A partir de ese momento preferí mantenerte lejos metido entre cuerpo, corazón, alma y mente, cerrado con la llave que nunca devolviste porque todo aquello era parte del deseo inhumano que nos mataba cada vez más (y fue todo aquello lo que nos mató). Nunca afirmaré que odiaba mentirte pero fue la única forma de que me odiaras a tal nivel como para evadirme de tu vida y no poderte darte ni quitarte más luz.

Dijiste;
-Yo ya no puedo más
-Nunca pudimos (te reafirmé)