Tan solo seremos libres, cuando no tengamos nada más que perder.

08 diciembre 2010

Antes del punto

Cada vez se ven más cerradas las puertas,
el acceso es un tanto estremecedor,
la luz se esta apagando y no hay linterna en mano.
Dicen que los martes por al noche la cosa renace,
se convierte en lo que era y las luces parecen volver a tener su fuerza,
pero es, todo tan de ficción que no existen sombras de aquellas luces,
que la iluminacion quema la imagen, y parece casi desaturada.
Esa alma no sabe donde esconderse, porque hace los pasos pasados,
se mantiene atada a algo que no le sirve y lo sabe, pero aun así prefiere mantener la extensión
de aquellas luces ficticias, antes que morirse en el silencio de aquella oscuridad.
El momento acabara, cuando la ficción se canse, cuando las puertas tengan nueva cerradura,
cuando haya una excusas para que los pasos no se vuelvan a juntar.
Después de todo la luz de verdad fue encantadora y aun atonta, pero su fuerza se fue,
asi que su pureza y todo que conllevaba no hacia ningún efecto.
Después del nada, quedara algo, hasta que el recuerdo borre lo único que perdurara.
O hasta que alguien aplaste todo aquello.




Una novela tipica con un montón de faltas de ortografía

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