Tan solo seremos libres, cuando no tengamos nada más que perder.

30 noviembre 2010

Frio que se convirtio en hielo

Era invierno y no solo por ser casi Diciembre, sino porque sus manos, pies y puntas de nariz estaban anormalmente congeladas. Había anochecido antes de lo común, sería porque ese día el sol se escondió detrás de una gruesa nubes de vapor. Si, las calles estaban casi vacías, solo estaban ellos dos y sus miradas de reojo, no se atrevían a dar el paso demás, creo que le encantaba ese juego. Llevaban más de 10 minutos caminando sin rumbo, sin palabras, pero aun así sus miradas no se intercambiaban. El paró bruscamente, demasiado para ella, aún así ella se giro, pero su cabeza agachada no pudo sostenerse a la mirada de el, esa que era tan directa y podría romper si quería el hielo de tres mil años. Por primera vez después de mucho se miraron fijamente, ella se fijo que el tenia la mirada desgastada, cansada, él que la timidez de ella no había cambiado nada pero se volvió desafiante para el. Pasaron segundos uno detrás de otros, así con la mirada fija en las pupilas de cada uno, por primera vez ella se dio cuenta de algo, que ojala no huviera ocurrido nunca, se fijo que ya no sentía fallecimientos de corazón por cada luz robada, que no sentia nada, solo deseaba irse, lejos muy muy lejos, estaba bastante intimidad pero algo le impedía su huida.
El se acerco demasiado cerca a ella, tanto que le dio tal pánico que ella agacho la cabeza. El sin dudarlo la abrazo, de esos abrazos fuertes con deseo de fundirse y sentir el otro cuerpo. Se le paro el corazon a ella se le paro el corazón en menos de un segundo, cuando ya cogio el aire debido sonrió, le gustaba esa sensacion.
Se separaron como si nada huviera ocurrido, el sabe perfectamente que sintio algo más, sintio demasiado por ello sonrio le dio un beso en la cara y huyó, se fue direccion al nunca jamas. Odia esa sensacion que le producia ella, odiaba sentirse asi, pero era como tal droga que necesitaba, aquella que todo el mundo necesita, pero que el no recoge correctamente por su esquivacion.En el fondo sabe que amaba esa sensacion y la necesitaba tanto que le daba miedo volverse dependiente de ello.
Creo que ella en ese mismo instante sintio algo parecido, por eso quiso gritar pero la voz estaba demasiado entrecortada para que llegara a la magnitud de sus oídos...
Se sintio vacia, sola, tirada, se sintio tan sumamente utilizada que solo supo contener las lagrimas aquellas que despues de cuatro pasos más haya soltaria desgarrandose el alma y aquella garganta que no supo gritar "Ven, y no me dejes nunca".





"Se le agoto el tiempo, pero aún así hacen de las suyas"

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