Tan solo seremos libres, cuando no tengamos nada más que perder.

10 febrero 2014

Justo antes del final.

Habría sido divertido bajar los acantilados a puro vértigo, al ras del suelo, deslizando nuestro pies como lo hicimos con nuestro corazones, y estancados en aguas no azules, mojados por completo.
El pelo gotea se hace añicos el resto, el frío lo envuelve todo de alegría, pero el sol no deja calar.
Esta vez los minutos no paraban para nadie, todo sonaba a la pausa del mundo justo cuando decidí no nadar, no hay camino de vuelta, eso ya no es existente, no hay pasado que espere, ni que sean atados con el presente. No hay palabras aún por decir ni quejas congeladas esperando el verano de su vida.
¿Hacía donde?
Hacía la esquina del océano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario