Tan solo seremos libres, cuando no tengamos nada más que perder.

24 abril 2011

Gravedad aguada.

Es un tanto ilógico que despues de que sus lagrimas calleran en su almohada durante toda la noche, se habria despertado con una tormenta perfecta de lluvia, la cual le acompañaba en su sentimiento, pero eso no era lo ilógico, lo único ilógico aqui era que le hacia feliz ver cada gota rebotar en la barandilla que mas tarde le empaparia y le llevaria al extasis invernal que siempre le gustó.
Y las gotas rebotarian en su piel que la tragaria inmediatamente porque su piel seca nunca aguanta tirante.
Sus ojos se volvería a llenar de lagrimas de recordar aquellos momentos buenos, ¿ y los ineditos? Nadia habla ya de ellos, eran tantos que parecen que se han comido uno a otros.
Ya no quedan recuerdos asi, pensaba mientras su cara se volvía cada vez mas apagada.
Mientras la lluvia mojaba sus pensamientos y la llevaban finalmente al sonido rutinario del caer de la gravedad aguada.




No aguanto más su pesar, no aguantó más su alma en vela, y se fue corriendo a morirse de frio, en cualquier rincon de las calles vacias. Como su corazón.

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